Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una colina no puede esconderse.

Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo. - Mateo 5:14, 16-

7 de enero de 2011

Mi Ulises

Quien ha leído "La Odisea" de Homero? 


Aburrida, dirían algunos. 
Requisito, otros.
Resumen, la mayoría.
Interesante, yo.
Apasionada, la dueña del tren.


Lo acepto.
Algunas veces, reconforto a mi orgullo haciendole creer a mi personaje que por ahí anda "Mi Ulises" batallando combates, dando la vida por defender nuestros "orígenes" sin importar las corrientes ni el desierto.
Un Ulises dispuesto a lanzar flechas con la única intención de comprobarme su amor.
No un hombre de grandes músculos ni con escudo de gladiador.
Sólo el. Un hombre, común y corriente a vista de todos.
Sólo aquel que sin arco ni flecha, me hizo empezar a tejer nuestra propia novela. (y no me refiero a Cúpido)


Lo acepto.
Muchas más veces, engaño al recuerdo haciendole creer que mi personaje teje grandes historias con hilos de vidrio y letras de acuarelas, arriesgando la vida por defender lo que alguna vez dijo que era "nuestro". 
Una Penelope dispuesta a enfrentar a la corte con la única intención de comprobar su amor.
No una Penelope de túnica blanca y corona de oro.
Sólo yo. Una mujer, ni tan común ni tan corriente para ese Ulises.
Sólo aquella que sin hilo ni aguja, le hizo empezar a luchar por nuestro propio combate. (y no me refiero a Homero)


Sí. Apasionante - dijo la dueña del tren, al montarse en la embarcación de Ulises - aquel día cuando decidió llevarse a Penelope con el y no hacerla esperar más por su regreso.


Sí. A veces es bueno volver a esas epocas donde el amor y la valentía eran siameses y Ulises luchaba por Penelope.


Pero definitivamente, no cambio mi personaje actual. 
Una Penelope decidida a reclutar su propia identidad para viajar en busca de combates.
Una Penelope que teje y desteje sin razón alguna.


Sí. Definitivamente, un Ulises no sería nada sin una Penelope.

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