Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una colina no puede esconderse.

Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo. - Mateo 5:14, 16-

28 de diciembre de 2011

Reclamos a las 2

Se acaba la tarde.
Te acabas vos.


Mi cuerpo baila en silencio un "no te vayas por favor"


En el reloj las dos.
En mi alma un temor.


Habito en el desierto.
Estrategia.Confusion. 


Vos alla, el oasis del que habla el corazon.
Tanta lluvia en plena invasion.


Yo aca, en plena sequia invadiendo tu vision.
El calendario vuela y empaca mi ilusion.


Se acaba la tarde.
Te acabas vos.


Mi cuerpo reclama un "llevame por favor"

27 de diciembre de 2011

Pidiendo un deseo


Tan frágil como me encontraste.
Transparente como vos.
Tímida como la mirada intercambiada y disimulada.


Así se inicia una canción.
Así inicia una composición.


Vos sabes mejor de esas cosas.
Lo acepto. 
No se nada sobre sonetos, se únicamente de las letras que ves aquí.


Debo enterarte, es un proceso largo.
El tuyo, por el contrario,es corto.
Se acaba el tiempo; detenelo, que no se vaya!
Que no me deje aquí, sin vos, solo con la mirada nerviosa.


Debo explicarte, sos inoportuno en tu visita.
Totalmente bienvenido.
No lo dejes escapar, no lo permitas.
Que no te lleve ahí, sin mí, solo con el misterio del silencio.


Debes saber que quiero que te quedés.
Unos minutos más, al menos hasta que logre convencerte de no escapar.
Debes saber que necesito que te quedés.
Unos días más, al menos hasta que entendás que de verdad me extrañás.




Debes saber que no soy tímida, 
sólo vos lográs eso en mí - aunque he logrado disimularlo -


Así finaliza esta confesión.


Pero,
debes saber que si te escribo no es en vano.

22 de diciembre de 2011

Memorandum

Cuando tanto pasa, no queda más que escribir un memorandum de confesiones.


Son pocas las cosas que conozco de vos.


Sé que te gustan las sonrisas; fácilmente provocás que mis labios se extiendan y mis ojos, tímidamente, se oculten detrás de la mirada.
Sé, por ejemplo, que la clave de sol es tu cómplice al anochecer. 
Sé que tocás con dulzura las curvas de tu alma.
Sé que compartís genes pero no fenotipo, vos no tenes los ojos desteñidos pero si las manos.
Sé que te gustan los números más que a mí, pero compartís mi época de música.
Sé que tu estómago resiste la carne, pero no sé cuál es tu postre favorito.


Conozco la elegancia almidonada, pero no conozco tus camisas arrugadas ni la manera en que callás.


Compartimos algunas cosas.
Pero, perdoná, disimularlas es parte de mi rutina en esta confesión.
Sé también que algún día, talvez pronto, entenderás de que se trata todo esto.
Así serás vos quien gane esta vez.


Hay muchas cosas que aún no conozco de vos, ¿me ayudás?.

21 de diciembre de 2011

A veces robo cosas parte 4: Siendo la nieta menor



“Saber envejecer es la mayor de las sabidurías y uno de los más difíciles capítulos del gran arte de vivir”  
(Enrique Federico Amiel).