Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una colina no puede esconderse.

Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo. - Mateo 5:14, 16-

7 de febrero de 2024

Una carta desde Atlitlán

Hoy me descubrí olvidándote.

Hoy pasaron horas sin pensarte y me imaginé que a vos también te pasa igual.


De esto también nace el amor. 

De la libertad que crece cuando decimos adiós con la tranquilidad y el deseo de que tu futuro se vea tan iluminado como mi presente.


Escuché un bolero y recordé que nunca lo bailamos.

Bailé, viéndome al espejo, redescubriéndome mientras me danza el alma sola al mejor compás de mi propio corazón.


Hoy me descubrí olvidándote y de inmediato te recordé.

Esta vez un lago inmenso me abrazaba y me recordaba lo viva que estoy.

Esta vez el sol me nublaba la vista como para que no te viera, y me vi a mi.


De esto también nace sanar.

De la libertad de recordarte y olvidarte al mismo tiempo.

Quiero que tu presente sea como este atardecer constante que me inspira en la vida.


No sé si nos volveremos a encontrar en otro baile o en otra vida; pero si algún día nos cruzamos espero que un océano de paz nos abrace.