Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una colina no puede esconderse.

Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo. - Mateo 5:14, 16-

24 de diciembre de 2018

GRATITUD :: Navidad 2018


Tanto que agradecer.
Un diciembre más, que llegó más rápido de lo que pensaba y tan diferente al anterior.
Mis planes renovados por completo por Él único capaz de cumplir los anhelos del corazón.

"...el ángel les dijo: «No tengan miedo. Miren que les traigo buenas noticias que serán motivo de mucha alegría para todo el pueblo. Hoy les ha nacido en la Ciudad de David un Salvador, que es Cristo el Señor." - Lucas 2:10-11

Y este espacio, aunque lo comparto, es más mío que de nadie y me ha funcionado como un buen repositorio de recuerdos a lo largo del tiempo. Así, que para el futuro, este 2018 agradezco por tanto que decido dejarlo por escrito y resumido.

1. JESÚS: Siempre la razón, siempre el motivo, siempre el sentido, siempre lo que me completa.
Un año más que no me suelta, que a pesar de mí, me sigue enseñando, formando, moldeando y mostrándome oportunidades para que Su Luz brille y Su Amor triunfe.

2.MI CASA DE LOCOS: (sí, no me gusta Arjona pero lo uso como referencia) Siempre tan diferentes e incondicionales. Siempre tratando de ser mejores aunque nos equivocamos, siempre perdonando, siempre estando, siempre siendo, siempre amando. Qué fortuna ser parte de esta "tribu" de 2 mujeres ejemplares y luchadoras, 1 hombre que llegó para quedarse para siempre como un hermano mayor, 1 hombre que sigue evolucionando la forma en la que nos amamos y 1 pequeño que vino a cambiarnos la vida y a demostrarnos el amor de Dios de maneras inimaginables.
*Mención especial para Titi, porque gracias a él compruebo a diario que el amor de Dios es real.

3. SANIDAD: En el 2015 agradecí por esto sin saber que 3 años después iba a conocer realmente la verdad de procesos llenos de libertad, esperanza y amor.

4. SOULMATE: Por ser siempre mi persona, por traer balance y creer en mí más que nadie, porque sigue siendo un reflejo de bondad y amor. #TeamGabrielota

5. MI BOUQUET DE COLORES: Hoy, seguimos extrañando a los que celebran en el Cielo al lado de Jesús. Pero con la esperanza más clara y esa huella imborrable que dejaron.

6. WELKOM: Por los que han llegado en estos últimos meses, algunos inesperados pero todos oportunos. Por los cambios que han provocado, por el ejemplo y la admiración que han despertado, porque muchos han sido un recordatorio que el Plan de Dios siempre es más grande.
Hoy honro y oro para que se queden. Para que como dice mi blogger tica favorita, "aprendamos a reconocer la luz que hay en el otro" , de forma permanente y hasta donde el plan del Cielo nos permita.
(campo publicitario no pagado - sigan a Lineth Valerio - @innerteacherblog en IG)

7. WANDERLUST: Por los viajes, las historias y las fotos que este año recopilamos juntos como parte del punto # 2 para recordar tanto amor. 

8. MIS 30: Los esperé y llegaron con tantos nuevos y buenos caminos que vuelvo a agradecer por mi propia vida.

9. AU REVOIR: Por los que ya no están cerca, por las razones que sean, por lo que dejaron y enseñaron. Por su paso y la luz que encendieron en mí. Hoy los honro y agradezco por cada momento compartido y el proceso que nos llevo a acercarnos y a alejarnos.

10. MATEO 6:23-26 : Por las oportunidades, por el trabajo que no ha faltado, por mi Wanderlust que ha crecido, que ha visto familias enteras celebrar y nuevos bebés abrir los ojos este año.

Feliz Nacimiento! 

25 de octubre de 2018

Los 30 no son los nuevos 20


Hoy es 25 de octubre 2018. Es jueves, y es uno de mis días favoritos del año.
Hoy, en mi calendario, se cumplen 30 hojas que arrancamos de octubre.
Los famosos 30. Mis 30 un 25.

Treinta años de ver la mano de Dios y Su fidelidad sin sentido a mi alrededor.
Los temidos 30 para algunas de mis amigas, pero sin duda los más esperados para mí.

Crezco en medio de una generación que afirma: “los 30 son los nuevos 20”. Delibero por un momento con “la Glori de 20” y me pregunto: ¿Qué? ¿Cómo? 
No, que por favor no vuelvan los 20.

A mis 20 apenas empezaba a tomar el lugar que me corresponde como hija de un Dios Vivo y Amoroso.

Esta última década me ha dejado muchísimos momentos inolvidables, tanto dolorosos como llenos de alegría. Pero todos, sin excepción, me han enseñado y formado en una mujer lista para decirle “¡Hola, bienvenida!”  a una nueva década.

A mis 20 no conocía ningún país fuera de Costa Rica. Y si hay algo que me gusta y agradezco hacer, es viajar.  Más de 16 países. No, definitivamente me quedo con mi pasaporte de los 30.

Hace 10 años estaba a mitad de una carrera (que me encanta) pero que nunca ejercí. No me lamento por ello, eso me llevó a ser una empresaria emprendedora a mis 26 y a cumplir con Colosenses 3:23 sin importar el nombre de la oficina. Tuve 4 trabajos distintos y finalmente entendí que la paz es la mejor paga.

Aún pensaba que estar rodeada de personas era sinónimo de ser “amada”, cuando realmente los incondicionales no siempre están cerca, pero sí presentes. 
No había entendido lo fuerte e inagotable que es el amor que le cabe a mi mamá en el pecho (aún me cuesta entenderlo).
No había entendido que el amor supera distancias de cualquier tipo y que la decisión de mantenerse unido a alguien va mucho más allá de un post en redes sociales (al inicio de mis 20 apenas y recién empezaban a inventarse, por cierto).

Vivía sin experimentar la importancia de obedecer la Voluntad de Dios. Me hubiera evitado tantas malas decisiones, pero hoy no podría tener la convicción clara de lo que quiero para el resto de mi vida.

A mis 20, hice mi primer viaje fuera de la tierra que me vio nacer. ¡Qué momento! Todavía recuerdo las mariposas en la panza (no del primer amor), del primer avión. Me faltaban conciertos, libros, comidas, fotos. Me faltan más.

Un par de años luego, vi a mi abuelita en camas de hospital. Vi como mi hermana y yo nos convertíamos en una balanza. Vi a mi familia confundida y unida; más unida que confundida. Vi a Dios levantarla y 9 años después, sigue aquí, mostrándonos la sensibilidad más profunda de cada uno de nosotros. Esta década me dio el privilegio de ver a mi abuelito envejecer y convertirse de vuelta en un niño que requiere cuidados, tantos como la sabiduría de sus arrugas.

A mediados de mis 20, crucé el océano para irme a perseguir un sueño: convertirme en escritora. (Sí, escribí una novela. Espero publicarla en mis 30s). Estuve lejos 2 meses y me recibieron con girasoles y un beso en el aeropuerto.

Me enamoré. Me invitaton a Theos, me quedé por ya casi 10 años. Nadé en cataratas. Conocí la nieve y probé el mejor “vin chaud”. Escuché la ópera de Viena, vi el ballet de Praga, comí carne de alpaca, subí la montaña más alta de Macchu Picchu, me tomé un mojito en La Habana, bailé por Las Ramblas porque el corazón se sentía en casa, me emborraché con sangría en la Barceloneta, canté karaoke, bailé con OV7 en El Arena de CDMX, admiré con pasión a Frida. Releí el Principito y confirmé que es mi libro favorito. Empecé a leer La Biblia en forma constante y consciente. Subí miles de gradas en El Vaticano y ví al Papa Francisco en persona, me dejé impresionar por las montañas de Suiza, también por las de Talamanca. Más recientemente, me volví fan de LuisMi y le escribí una carta a Dios en Monserrate. Me hospedé en un teepee. Entrené para correr, paré, volví a correr. Renové mis votos con Jesús en una piscina. Compré “regalos proféticos” para entregar en esta nueva década.

Alquilé mi primer apartamento y lo decoré al mejor estilo de pinterest. Escuché un podcast sobre "flamingos". Obtuve mi licencia. Enterré a mi primer perro Luquita, adopté a Bruno. Me renovaron la visa americana. Seguí siendo lectora aficionada. Ví a la Sele en dos mundiales distintos. Me corté el pelo. Hice mi propia tradición de escribir un blogpost en mis cumpleaños. Seguí siendo yo.

Me prometí volver a ciudades, a recuerdos. Volví y nacieron nuevas memorias. De nuevo, repito esta promesa para el 2019.

Despedí a amigos en el aeropuerto. Nos reencontramos en un abrazo. Los volví a despedir sin una fecha de regreso.
Se alejaron amigos, llegaron nuevos y se quedaron. Entendí que la edad no significa nada cuando se trata de lealtad. Sentí de forma poderosa y tangible a Jesús a través de los nuevos amigos. Construí nuevos puentes con antiguos amigos.

Amé profundamente. Incondicionalmente. Me amaron profundamente. Intenté que renacieran sentimientos y casi nunca funcionó, porque ya estábamos en proceso de evolución. 
He conocido más de cerca el amor y me he logrado despedir más eficazmente del enojo y el dolor.

Como para Dios no hay límites, y Él es amor en sí mismo, me enseñó a amar aún más a través de mis tías. A finales de mis 20´s perdí a dos personas importantes. Personas que me enseñaron que el amor humano también alcanza la eternidad. 
Visité a "Julio" por primera vez a mis 29, para llevarlas como un abrazo constante convertido luego en el jardín lleno de luz y color que siempre fueron. 

Sufrí profundamente. Por cosas que ahora no parecen relevantes y otras, Dios las ha seguido sanando. Lloré. De tristeza y también de alegría. Más de alegría, cuando empecé a madurar y a controlar los límites de mis emociones.

Justo en esa época, conocí también más de cerca el milagro de la vida. La pureza de Dios en los ojos azules de mi Titi, que han traído esperanza y nuevas fuerzas como nunca antes. Nunca había experimentado tanta ternura. Ese marzo 2016 (a mis 27) podría tomarse como mi momento preferido de la época (y en serio, tuve muchos muy buenos).

No, no puedo resumir una década (mucho menos 30 años) en solo unos párrafos. Que buena vida me han regalado.
No, los 30 no son los nuevos 20. Y eso, está bien. Evolucionamos.

Este año, mi persona favorita me regaló experiencias porque según ella no necesito cosas, sino aventuras (y tiene razón). Lo que a veces se le olvida, es que mi mayor aventura ha sido crecer con ella y conocer el mundo juntas, desde mis ojos, a través de su risa constante.

A mis 20 tenía un plan totalmente distinto para mis 30. ¡Pero, adivinen qué! Los planes de Dios han sido abismalmente mejores.
A mis 20 aún me faltaba muchísimo por descubrir con Dios, no tenía la independencia ni seguridad que tengo ahora, no conocía realmente lo que era confiar (aún sigo aprendiendo) en los procesos y tiempos de Dios. No entendía quién soy en Él.

No puedo esperar a ver lo que Dios tiene a partir de hoy (ven, les dije que seguía aprendiendo a confiar y esperar)
Hoy celebramos mi cumpleaños #30, hoy celebro con gratitud llegar a la época más linda de mi vida  de esta forma (¡hasta el momento!)