Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una colina no puede esconderse.

Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo. - Mateo 5:14, 16-

26 de abril de 2021

Mi Viejo amado, vos sí entendés de eternidad.

 22 de Abril, 2021.


Viejo amado,

No me vestí de luto, porque tu vida real acaba de empezar.
Si que siempre encontrabas la manera de mantenernos unidos, mirá como nos viniste a reunir a todos en media pandemia.

Nosotros no entendemos el concepto de "eternidad", pero vos sí lo entendés muy bien. Por eso viviste tu paso en este mundo de esa manera. Ahora, sin duda, al lado de Jesús vas a disfrutar de la buena batalla que ganaste aquí.

Ayer, con el corazón lleno de dolor pero el doble de gratitud, te dijimos adiós. El Señor respondió una oración y lo alabamos por eso en familia. 

Hoy honramos tu memoria y tu legado.
Dejás un montón de fans abuelito; en el 2020, tus galletas favoritas te nombraron el "Mejor Influencer" y sí que los sos. Marcaste nuestras vidas con tu amor eterno e inolvidable, como dice la canción.
Dejás un par de mejores amigos que te van a extrañar cada mañana.  No te imaginás el lazo de amistad y unidad que le estás regalando a tu hijo "Amaito" y a tu amado Fabián.
Dejás una familia entera, muy imperfecta, pero con lo esencial claro y muchos nobles corazones que trataremos de honrar tu legado con la manera de caminar por esta tierra.

Gracias viejito, porque en nuestra memorias quedan los chupones de café y Coca-Cola que le diste a más de uno, los "sanguches" de mortadela y salsa lizano, los juguitos Kerns porque esos "si alimentan", los muchos cacaos que escondias de los nietos. Pero sobretodo, GRACIAS por enseñarnos la grandeza del amor incondicional, el perdón inimaginable, el trabajo honrado y abnegado, la lealtad inexplicable.
Gracias porque tus abrazos (y jupazos) sanaban, restauraban y guiaban. Gracias por ocupar un espacio de papá que no te correspondía, pero que aceptaste por amor con mis hermanos y conmigo.

Dios nos abrazó en una tarde sin lluvia y un cielo estrellado para abrazarte fisicamente por última vez. No tengo muchas palabras hoy, y eso vos sabés que cuesta. - "Chiquilla, quedate callada" - me decias de vez en cuando.

Posiblemente no logre entender pronto el porqué me dieron el privilegio de ser tu nieta, pero lo que sí entiendo hoy es que siento paz y gozo por vos, abuelito lindo.

Me heredaste más que un apellido. Nos quedamos con tus risas, tus enseñanzas, con tu ejemplo de integridad y trabajo duro. Nos quedamos con tu luz, tu sonrisa, tu valentía y tu fe inquebrantable en Dios.

Tu Reina queda en buenas manos; esas que juntos construyeron por casi casi 76 años.

Fabi dijo ayer con dolor que era el peor día de su vida y no tenemos como negarte eso. Le recordé que es muy afortunado, porque lo llamaste por su nombre hasta tu útlimo día de paso por aquí.

Sos un pilar en nuestras vidas viejo, y con esa misma valentía y entereza de caracter que nos inculcaste, prometemos seguir construyendo sobre la Roca que es Jesús.
Decía San Pablo en su 2da carta a Timoteo:

He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, me he mantenido en la fe. Por lo demás me espera la corona de justicia que el Señor, el juez justo, me otorgará en aquel día; y no solo a mí, sino también a todos los que con amor hayan esperado su venida.
2 Timoteo 4:7‭-‬8 NVI

Hoy recibís tu corona de vida. Nosotros lo celebramos llenos de amor y consuelo. Te decimos hasta pronto mi amor, para que te vayás a navegar al hogar real en aguas serenas y cielos despejados con tus hijos, tus hermanos. Jesús te recibe.

La eternidad, esa sí que la entendés muy bien vos, abuelito.

Te amamos siempre. Nos vemos pronto, en el mejor día de nuestras vidas al lado de un Jesús Resucitado (justo como en esta iglesia)