Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una colina no puede esconderse.

Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo. - Mateo 5:14, 16-

19 de enero de 2011

Derritiendo el tiempo


El tiempo no se acaba.
Se derrite.
Se derrite la lucha cuando el combate ha dejado tantos muertos a su paso como para que uno de los bandos cante victoria.
En casos, comunmente esporadicos, ambos izan su bandera.
En mi caso, no hay bandera para izar; solo un gran tornado de espadas y aplausos al final del espectaculo.


Cuando el reloj camina, le roba a la vida la eternidad y nos regala, a los protagonistas, la efimera dicha de haber montado una gran obra sin finales pero con rimas.


La boleteria se cierra al prender las luces del escenario y al apagar las de los camerinos.
El telon se baja solo cuando el piano ha dejado de tararear aquella melodia unica que iniciaba el baile de los besos.
El disfraz, solo se borra con una ausencia y mi balcon resulta ser requisito para nuevas escenas.
Aquel dialogo del guion se ha ido volando con el vestido de princesa.


Teoricamente, el tiempo en escena es el mismo.
En la practica, todo es distinto. Hay leyes que lo justifican.


Recordatorio: Las leyes de la metamorfosis y la caducidad siguen vigentes.

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