Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una colina no puede esconderse.

Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo. - Mateo 5:14, 16-

9 de noviembre de 2021

Que la vida me encuentre viviéndola.

Adivinen qué día es hoy.

Cada 25 de octubre, me permito hacer una pausa para intencionalmente agradecer por lo aprendido en el último año. Mis #32un25 me recordaron que estoy viva.

Hace un año celebré mi vida con mariachis cantando "La Incondicional" a través de un vidrio porque era "peligrosa" para las personas que más amo. Tuve miedo, muchísimo. Me enojé y volví a tener miedo.
Pero mi mejor regaló llegó 14 días después cuando pude abrazar a mis sobrinos de nuevo, recordándome que estamos aquí para vivir, para amar y hacer sueños realidad. (cuál será la edad límite para dejar de ser tan soñadora y cursy? Lo digo como una virtud para que no hayan confusiones)

Hoy, unos cuantos días después de haber cumplido 33, escucho una canciòn de Ale Zéguer con Diego Ojeda y me siento profundamente identificada. (
click abajo para que la escuchen mientras leen)

Tarareo esa canción y me doy cuenta que he aprendido a reírme de mí, que nací en el país de los valientes y ya conozco París. Me lleno de estrellas al ver mis cicatrices y mis abrazos son mejores que los de las hadas. Soy mi propia compañera para volar, pero aún así no tengo que hacerlo sola sino quiero porque sigo aprendido a amar libremente. Ese ha sido mi mejor aprendizaje estos últimos 12 meses.

Llevo ya un par de lágrimas de tantísima gratitud que siento. Plenitud, esa sería una buena descripción. Dios es siempre fiel. A los 33, me reconozco y agradezco libre. Veo en lo profundo de mi corazón y agradezco el dolor y las "lluvias" que me han hecho caminar intencionalmente hacia la sanidad; escucho cada latido y aprecio el milagro de estar viva. 

Experimento a Dios recordando verdades y al mismo tiempo me sigue enseñando a vivirlo a Él en lo cotidiano. Me permito compartir historias cual "storyteller" (sí soy) causando cosquillitas en el corazón de las personas.

Retomé con fuerzas sobrenaturales las bodas en mi @wanderlusteventplanning y sin esperarlo, me dieron la bienvenida en una nueva familia de "lunes a viernes" con la que estoy construyendo puentes.

Me vacuné contra el famoso virus, pero también contra el miedo y el resentimiento. Visité a un hombre maravilloso que Dios me regaló desde hace 20 años y que Él ama profundamente, fuimos juntos a conocer los campos de lavanda en Guanajuato. Además, Gaby me llevó a una isla con un plan sorpresa y Dios derribó mentiras de mi corazón.

Canté y brinqué con Chris Martin en el Apollo en NYC. Sí - Glori del futuro - pude entrar a un concierto privado de mi banda favorita, contra todo pronóstico; y eso es solo una muestra que para Dios no hay imposibles.
Además, me reí a carcajadas bajo la neblina del Golden Gate justo la semana de mi cumpleaños, sin planearlo, sin pedirlo. Así llegó.

Y como si no pasara el tiempo, mis sobrinos me abrazan y ese sigue siendo mi mejor regalo.

Despedí a mi viejo a mis 32, lo encontré dormido al lado de Jesús un jueves, bendito jueves! Ahora lo encuentro más despierto que nunca en cada atardecer remando en el mar de la paz.
Entiendo en carne propia que el amor no es egoísta cada vez que puedo darle un beso en la frente a mi abuelita. Bendita mujer de mirada cansada y llena de esperanza a la vez, fuerte, valiente, noble.

Hoy agradezco por 33 años de Su fidelidad. 
Hoy agradezco porque sin entenderlo muy bien, a mí me están dando un ratito más en esta tierra. Y saben qué? Me encanta vivir y todo lo que eso implica: lo bueno y lo malo, lo triste y lo que me hace reír, me encanta saberme humana para depender cada día más de Jesüs.

Espero que la vida me siga encontrando disfrutándola, que los momentos de aprendizaje me sigan enseñando a ver siempre el vaso lleno, que el corazón me siga explotando de amor por quienes son mi hogar, que mis pies no se cansen de seguir volando, que las risas sean tantas que también recuerde que llorar es un regalo.

Espero en los atardeceres seguir escuchando a mi viejo, en las lluvias a Dios y cada amanecer reconocer el milagro de estar viva.
Y espero, sobretodo, que Jesús me reconozca por estar viviendo Mateo 5:16 al máximo.

Plenitud, esa sería una buena descripción pero va mucho más allá. Ahora entiendo que el hogar son personas, la libertad el amor y la paz solamente se encuentre en Su Presencia; ahora entiendo que vivir nunca ha sido tan milagroso y necesario.