Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una colina no puede esconderse.

Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo. - Mateo 5:14, 16-

22 de diciembre de 2011

Memorandum

Cuando tanto pasa, no queda más que escribir un memorandum de confesiones.


Son pocas las cosas que conozco de vos.


Sé que te gustan las sonrisas; fácilmente provocás que mis labios se extiendan y mis ojos, tímidamente, se oculten detrás de la mirada.
Sé, por ejemplo, que la clave de sol es tu cómplice al anochecer. 
Sé que tocás con dulzura las curvas de tu alma.
Sé que compartís genes pero no fenotipo, vos no tenes los ojos desteñidos pero si las manos.
Sé que te gustan los números más que a mí, pero compartís mi época de música.
Sé que tu estómago resiste la carne, pero no sé cuál es tu postre favorito.


Conozco la elegancia almidonada, pero no conozco tus camisas arrugadas ni la manera en que callás.


Compartimos algunas cosas.
Pero, perdoná, disimularlas es parte de mi rutina en esta confesión.
Sé también que algún día, talvez pronto, entenderás de que se trata todo esto.
Así serás vos quien gane esta vez.


Hay muchas cosas que aún no conozco de vos, ¿me ayudás?.

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