Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una colina no puede esconderse.

Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo. - Mateo 5:14, 16-

20 de diciembre de 2010

Ella II (Asuntos)


Un día se levantó
percibió aquel hedor amargo
de silencio
la invadió aquel temor inconfundible
de engaño.

El sol entrando
por su ventana y
quemándole la sangre,
lograba una fusión de supervivencia
y muerte.

La carismática brisa
se acomodó entre las lágrimas
que habían quedado secas
durante la madrugada
áspera.

No cabía en su rostro
la palidez de locura,
pasada y sufrida
durante las escenas,
gajes del oficio humano.

-¡Será eterno!- pensó
al ver el reloj.
Allí mismo decidió
acortar las horas,
empezó a reír.

Trece días
del primer año;
muchas risas,
algunos testigos
y un sello imborrable.

Despertó. Un asunto.
Otro más de esos
que no entenderá.
Otro más de esos
que deberá olvidar.

Calmó su ardor.
El sol ya ocultó
su espada temple
y súbitamente echó a volar
en el mundo estéril de su ilusión.

Nada sentía
viendo el cielo
que según ella
le pertenecía,
pensó hasta recordar.

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