Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una colina no puede esconderse.

Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo. - Mateo 5:14, 16-

25 de diciembre de 2024

10 Navidades

Creo que este es el blog-post de Navidad más vulnerable que he hecho en mi vida. Escribo para organizar mis ideas, porque de alguna manera puedo ordenar lo que siento y gestionarlo de una manera más sana. Por eso hoy plasmo esto aquí. 

Quiero leer esto en unos meses o años y poder recordar con gratitud y esperanza que todo pasa. Saber que la verdad que los planes de Dios siguen siendo mejores me acompaña, indiferentemente de que no siempre se sienta así.

Esta es la Navidad #10 que celebro rodeada de familia, pero no de mi propia familia. Agradezco como siempre, rodeada de una familia hermosa que me sostiene y me enseña sobre amor incondicional, pero esta vez tengo el corazón hecho pedazos, en reparación y algo cansado.


Es la primera vez en 10 años que no elijo celebrar de esta manera. Los últimos 9 calendarios han pasado llenos de aprendizajes, experiencias hermosas, procesos de sanidad dolorosamente maravillosos, una preparación de un espacio en mi alma que estaba libre pero no vacío. Elegí que fuera así todas las Navidades pasadas, incluso en el 2023, pero esta ha sido diferente.


En este momento no sé como describir ese espacio. Además de agradecido, en duelo, llenito de amor pero carente de ilusión. Siento una tristeza que nunca me ha caracterizado, no es mía pero me acompaña en este proceso.


Es la primera de 10 Navidades en que me duele profundamente el corazón al ser las 12. 

Y eso me recuerda que el dolor puede ser nuestro punto de encuentro; conmigo misma, con nosotros pero sobretodo con Jesús. 


Pensé que iba a ser diferente, tenía tanta fe y certeza que sería diferente, que por un momento casi pierdo el foco de lo que realmente es importante en esta época: la excusa de conectar pero el recordatorio constante que los vínculos se construyen y se intencionan, justo como hizo Jesús al venir a este mundo.


Me siento vacía por ratos. Un poco perdida, en medio del lugar seguro que es mi familia. Sé que pertenezco a lugares llenos de amor y valentía, a lugares de incondicionalidad y presencia pero me siento sola en medio de todas estas personas que me abrazan. Es como un letargo momentaneo, y el regalo de todo será reencontrarme en medio de este mapa lleno de preguntas y temores ajenos.


Hoy le pido a Jesús que renueve el gozo que viene con Su Nacimiento y esa Luz que ha puesto en nuestra mirada se extienda a los lugares donde más se necesita, y ese lugar puede ser mi propio corazón.

Estoy a punto de iniciar un viaje física y metafóricamente hablando y mientras preparo mi maleta, simbolicamente decido que dejar y que llevar, me repito que me di el mejor regalo.
Me agradezco profundamente haberme dado el regalo valiente de abrir el corazón al amor.


25 de octubre de 2024

Mis 36 un 25

Como cada octubre, me encuentro frente a una hoja en blanco para hacer recuento de las fotografías mentales que tengo de mis últimos 12 meses.

Pensé que mi primer amanecer con 36 años, iba a ser muy distinto. Fue el único regalo/ deseo que había pedido para este cumpleaños con muchos meses de anticipación. Genuinamente (o ingenuamente) pensé que mi plan iba a cumplirse.

Pero si están leyendo esto, ya saben que Dios suele cambiarme los planes -por mejores-, aunque no se sienta siempre así; esa es la realidad.


Abro mis ojos agradecida por amores tan reales que tengo cerquita y también, por lo que se esconden a la distancia. 


Dicen que uno siempre vuelve donde fue feliz. Hoy regreso a mi país #30. Aquí descubrí hace 8 meses como se veía un amor en libertad nadando en el Atitlán.

Mi mente está dispersa y mi corazón camino a la calma. Sigo tratando de ordenarlo después de un remolino que aún circula por aquí, lo obligo a detenerse, a descansar, a sentir y a seguir de la única forma que conocemos: con valentía, enfrentando miedos y confiando aunque cueste tanto a veces que el amor siempre gana.


La vida es una montaña rusa (y yo nací lista para aventura).

Lo inicié triste, no voy a mentir. Octubre 2023 me atrapó extrañando y al mismo tiempo aprendiendo. Como si la vida fuera un ciclo, Octubre 2024 vino a repetirme el examen pero esta vez, si sabía cómo enfrentarme a un mundo cambiante, orgullosa de haber dejado el alma de colores pintada por todos los rincones que crucé.


Dios me cambió la historia y me regaló meses increíbles en el 2024. Creo que tiene mucho que ver cuando le dejé el control a El.
Tuve casi 8 meses en los que Su propósito más importante fue recordarme Sus promesas, Sus tiempos perfectos, Sus planes mejores y la luz que brilla natural de un corazón floreciendo. Vi mi corazón reflorecer.

Termino mis 35 "on hold". No tengo otra forma de describir como me siento ahorita, en esta semana de mi cumpleaños 36 y soy tan privilegiada que aún así, puedo ver todo en gratitud.

Ha sido un regalo esta temporada (los últimos 17 días para ser exacta). Encontré un refugio en mi mamá que antes era desconocido para mí, encontré paz en la soledad y el silencio, me hice miles de preguntas que no tengo respuestas - aún - y me di cuenta que el amor real se ve de distintas maneras; identifiqué mi miedo más profundo y aunque aun no sé como enfrentarlo, me veo en el espejo sabiendo que, si me regalan tiempo, podré vencerlo.

He estado reflexionando mucho en el “tiempo” que creemos que tenemos.
No, no lo tenemos. Tenemos muchas cosas, pero tiempo no es una de ellas.

Es incierto cuando nos vamos de aquí. Ha sido una aventura vivir intensamente, con todo lo que tengo y lo que soy, porque no tengo idea hasta cuando estoy aquí ni tampoco sé como vivir de otra manera que no sea con el alma a cuestas

Ha sido una aventura aprender en mi vida adulta como construir amores lindos, sanos y libres. Es una aventura aprender a decir adiós cuando aún quedan tantas cartas por leer -y escribir-. Es una aventura elegirme todos los días.

Este ultimo año, crecí y amé como nunca había crecido en el amor. Experimenté miedos que afronté recordando que en el amor no hay temor, como dice la Biblia. Experimenté una felicidad que brota siempre desde adentro y tuve la oportunidad de compartirla y construirla con personas maravillosas que no esperaba en mi vida.


Me dieron tiempo extra para amar y aun así, pienso que me hace falta más.


En estos siguientes 12 meses, me prometo seguir amando con todo lo que pueda, incondicionalmente dentro de mi humanidad como lo hicieron los que se me adelantaron al Cielo. Pero también me prometo, verme y reconocerme todos los días, sin olvidar Quien es mi refugio en los momentos que siento que el mundo se cae y se acaba el tiempo.


En estos siguientes 12 meses, me prometo no dejar frases pendientes ni sentimientos al aire, me prometo gestionar mis emociones como he aprendido y decidido hacerlo, me prometo que la sanidad siempre será un puente y no una frontera.


Llevo 8 años entreteniendo mi corazón con distracciones cerca de mi cumpleaños para no enfrentar el dolor de las noticias que han llegado cerca de estas fechas. Y en estos #36un25, decido romper ese ciclo de noticias tristes alrededor de mi fecha favorita y por el contrario, agradecer por las nuevas oportunidades que hay enfrente aunque tenga la mirada nublada de lágrimas.

Si llegaron hasta aquí, GRACIAS. 

Llegué hasta aquí, en amor. Sigo a partir de aquí en amor, porque es la única forma que conozco.


Abro mis ojos, confiando que mi último amanecer de estos #36un25 se verá distinto al primero; pero el corazón seguirá sintiendo intensamente,  tendré a quienes me sostienen abrazándome como hoy, en gratitud por lo que es, lo que fue y lo que Dios tiene delante.

Les cuento en 365 días.


-Glori

13 de julio de 2024

Una carta desde Melgar

Me encontré historias llenas de inocencia en medio de montañas más verdes y un sol que nos abraza desde el balcón.

Me encontré una foto llena de amor y pasado. Te reconocí sin dudarlo. Sos ese que sonríe lleno de ternura al lado derecho con ese hoyuelo que atrapa mis besos.


Me encontré un leve reflejo de una viejita que te amó y vos amaste; como yo a la mía.

Y me confirmaron que estaba en el lugar correcto al tomar chocolate en una tacita como la que atesoramos en mi tierra.


Me encontré corazones en el cielo mientras te escuchaba contar chistes y reírte en tu mundo conocido.

Me encontré teniendo un lugar en ese espacio tan tuyo.  ¡Cuánta gratitud por este presente! 


Me encontré siendo feliz conociéndote así, reconociéndome ahí. 

Me encontré cantando un par de salsas y amando despertarme a tu lado; abrazarte al amanecer se siente como el tesoro que no sabía que buscaba. 


Cada día más calma, más seguridad, más sanidad, más amor bonito y gratitud a tu lado.


¡Qué me regalen mil vidas con vos!


21 de abril de 2024

Abuelito, 3 años

Si pudiera enviar una carta al cielo, te diría que he cumplido mi promesa de honrarte aquí. He aprendido tanto en estos 3 años de lo que se trata el amor viejito.

Me enseñas cada día que pasa, que el amor no se trata de verse todos los días, pero de mantener vivo lo que se construyó en vida. 


Me he dedicado a ser feliz y a llorar solo por las cosas importantes, las que enseñan y las que se celebran.

Me he dedicado a apreciar el presente que es lo único que tenemos. 

Me he dedicado a alargar los momentos que me llenan el alma soñando que me duren un siglo como vos.


Hoy te escribo porque fuiste al primer hombre que aprendí a amar y que demostró con acciones de lo que se trata esto. 


Me enseñaste que nunca nadie se arrepentirá de ser valiente. Y la viejita, tu viejita me enseñó que amar es la forma más bonita de valentía. 

Gracias por esta herencia viejo. 


Aquí sigo aprendiendo, viviendo y sintiendo intensamente todo.


Aún sueño con tus risas y tus alegatos por el agua fría,pero sobretodo aún te siento cerquita, sosteniéndome cuando me caigo y susurrándome en cada atardecer que lo estamos haciendo bien.


Te extrañamos siempre y te amamos eternamente.

7 de febrero de 2024

Una carta desde Atlitlán

Hoy me descubrí olvidándote.

Hoy pasaron horas sin pensarte y me imaginé que a vos también te pasa igual.


De esto también nace el amor. 

De la libertad que crece cuando decimos adiós con la tranquilidad y el deseo de que tu futuro se vea tan iluminado como mi presente.


Escuché un bolero y recordé que nunca lo bailamos.

Bailé, viéndome al espejo, redescubriéndome mientras me danza el alma sola al mejor compás de mi propio corazón.


Hoy me descubrí olvidándote y de inmediato te recordé.

Esta vez un lago inmenso me abrazaba y me recordaba lo viva que estoy.

Esta vez el sol me nublaba la vista como para que no te viera, y me vi a mi.


De esto también nace sanar.

De la libertad de recordarte y olvidarte al mismo tiempo.

Quiero que tu presente sea como este atardecer constante que me inspira en la vida.


No sé si nos volveremos a encontrar en otro baile o en otra vida; pero si algún día nos cruzamos espero que un océano de paz nos abrace.