Desde que tengo memoria, mami me ha dicho que soy la “hija soñadora”, la que ve las estrellas y la que escribe poemas.
No veo fallas en su lógica, me dirían en la ciudad de Colombia el que tiene mi corazón resguardado.
Soy la que cruzó el Atlántico creyéndose escritora. Soy la que ha ido a toda clase de terapias para sanarse y la que ha viajado por el mundo sola para encontrarse muchas veces.
Siempre he creído en historias de película, no les voy a mentir.
Supongo que es porque me han regalado una vida muy parecida a un cuento de hadas; con los villanos y el príncipe, la princesa guerrera y la familia que apoya incondicionalmente y consiente cuando hay lágrimas.
No sé cómo termina esta historia pero les aseguro que es la más bonita que he vivido y escribirla con simples palabras sería injusto. Por eso, he decidido vivirla, intensamente, completamente, con todo lo que trae y los riesgos de ser protagonista de nuestro propio cuento.