Tío, o cómo la mayoría te conocíamos Papá Hugo
Supongo que te decíamos así porque te convertiste en un papá ejemplar. No solo para tus 4 hijos, sino para tus ahijadas y para todos tus sobrinos que hoy te empezamos a extrañar llenos de consuelo y agradecimiento por saberte lleno de paz y vida eterna reencontrándote con el amor de tu vida.
Fuiste un gran profesor y no solo de educación física.
Nos enseñaste sobre lo más importante: Amor incondicional
Vi ese amor cuando sanabas las rosas de abuela Haydeé como si fueran tuyas, solo para hacerla sonreír.
Conocí tu amor incondicional cuando con alegría nos dejabas correr por tus jardines jugando escondido y luego siempre había un jugo delicioso.
Un amor incondicional con el que honraste a nuestra Rosa amada por tantos años y la has mantenido viva entre nosotros estos casi 7 años. Como ese amor que hoy muchos buscamos construir.
He experimentado ese amor incondicional a través de mis 4 primos admirables y amados por cómo cuidaron de ambos hasta el último momento en que nos regalaron tenerlos aquí en esta vida temporal.
Y aún hoy, puedo ver ese amor incondicional en la manera en la que venimos a celebrar tu vida juntos en familia.
¡Nos vemos tío! Salúdanos a Rosita.
Los amamos a ambos profundamente, siempre .