No creo en la suerte pero si en el AMOR. Y encontrarse con
nuestro Boaz en el camino, así
como Ruth lo hizo en el Antiguo Testamento,
es un regalo de Dios. Eso celebramos hoy, el amor que Dios
construyó.
Hoy Dios la pinto con encajes y lazos blancos,
con tacones que nunca antes ha usado, llevando una piedra preciosa, no tanto
como ella, en la mano izquierda. Hoy tiene un tul fino que le cubre la cabeza. Ella
es color sepia y su corazón blanco y puro. Una flor en su cintura nos dice que esta lista.
Lleva la inocencia de una nueva esposa y la
ilusión de una novia enamorada. Lleva años de sueños y un sin fin de sonrisas
la ven caminar hasta el altar.
La toma de la mano el hombre de nuestras
vidas. Un hombre fuerte, de ojos cansados y sinceros, es canoso y elegante. La
mujer que nos enseno lo que es el amor de Dios la despidió con rosas, besos.
Al final del gran pasillo la espera su
príncipe,
que lejos de ser azul, es blanco y brilla aun sin corona. El
también es mi hermano.
Nació en otra familia pero Dios decidió que también fuera parte de la mía.
El y ella, mis hermanos, son un ejemplo
de amor, perseverancia, respeto, perdón, lealtad.
Hoy es sábado 13 de abril y se casa mi
hermana. Hoy se casa mi hermano. Hoy Dios me permite escribirles lo que veo a
través de Sus ojos mientras ambos se comprometen ante el Cielo ser uno hasta el
final de los tiempos.
Hoy mi mejor amiga empieza una vida
nueva al lado de un hombre de Dios. Y con solo saber eso, le abro la puerta y la dejo irse
tranquila.
Hoy se cumple una más de las promesas de Dios
en nuestras vidas.
No me despido hermanos, les doy la bienvenida
a esta casa y estos corazones que siempre serán de ustedes!